Qué ver en Burdeos, la joya del Atlántico francés

Burdeos es una ciudad cautivadora situada entre las aguas del río Garona y el vasto océano Atlántico. Sus calles susurran historias de épocas de ayer, con un pasado romano, uniendo cierto aire de nostalgia con una elegancia señorial. Al mismo tiempo, se presenta como una ciudad moderna, donde la cultura florece y la actividad económica bulle. Burdeos es un lugar que invita a ser explorado. En otras palabras, Burdeos tiene que ser tu próximo destino. Es por esta razón que en Flappin' hemos confeccionado una guía para que te asegures de no perderte las maravillas que alberga esta joya en la costa del Atlántico francés, así como las mejores actividades y tres restaurantes TOP. ¡Continúa leyendo y descubrirás sus secretos!

¿Cuándo visitar Burdeos? Burdeos goza de un clima oceánico templado, con veranos cálidos e inviernos “suaves”. Esta agradable combinación de estaciones permite a los visitantes disfrutar de la ciudad en cualquier época del año, ya sea paseando por sus calles durante los cálidos días de verano o explorando sus museos y galerías en los meses más frescos.

¿Qué ver en Burdeos? Los sitios imprescindibles

La Place de la Bourse y el Espejo de Agua

La Place de la Bourse es el corazón de Burdeos y el lugar más icónico, el símbolo de la ciudad. Esta impresionante plaza es uno de los mejores ejemplos de la majestuosa arquitectura del siglo XVIII y es especialmente famosa por su espectacular Miroir d’Eau, espejo de agua en español, que crea un efecto visual único y cautivador a través de una fina y extensa capa de agua sobre placas de granito.

Esta plaza está situada a orillas del Garona y mira a la Burdeos moderna. Fue construida entre 1730 y 1755 y es el sitio donde podemos encontrar el Palacio de la Bolsa, el antiguo edificio de la Aduana y una fuente dedicada a las Tres Gracias.

La Catedral de San Andrés

La majestuosa Catedral de San Andrés, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y parada en el Camino de Santiago, es otro punto esencial para visitar en Burdeos. Esta joya arquitectónica gótica sorprende con sus dos torres de 41 metros de altura y su imponente fachada gótica, testigos de siglos de historia.

La campana de la catedral, de casi 8 toneladas, era utilizada para alertar de incendios y anunciar momentos como la llegada de la vendimia, importante en una región vitivinícola TOP como Burdeos. La construcción original es de estilo románico del siglo XI, pero la catedral fue reconstruida al gótico entre el siglo XII y el siglo XVI.

En su interior alberga el coro, las capillas y las vidrieras que merecen una visita para exclamar aquel “oh!” tan de catedral gótica.

La Grosse Cloche

Estamos en el Casco Antiguo, donde los callejones revelan sorpresas en cada esquina, con tiendas de antigüedades, comercios artesanales y cafés típicos que invitan a detenerse. La Grosse Cloche es uno de los campanarios más antiguos de Francia y antigua puerta fortificada de la ciudad, alzada como un guardián. La Grosse Cloche, que en español es la Gran Campana, es uno de los pocos accesos a la ciudad vieja de la Edad Media que se conservan.

Puerta de Cailhau

La Puerta de Cailhau es uno de estos accesos que se conservan de la ciudad medieval amurallada. Esta torre gótico-renacentista fue construida en el siglo XV y destaca por su belleza y altura de 35 metros. Además de ser un arco de triunfo, también funcionaba como fortaleza defensiva. Puedes visitar su interior para conocer su historia y disfrutar de vistas panorámicas del río Garona y el Puente de Piedra.

Barrio de Saint Pierre

El barrio de Saint Pierre, al cruzar la Puerta de Cailhau, es una visita imprescindible en Burdeos. Sus calles antiguas y pintorescas te transportarán a siglos pasados. La Rue Fernand Philippart te lleva a la impresionante Place du Parlement, rodeada de edificios históricos con fachadas encantadoras. No te pierdas la iglesia de Saint Pierre, con sus hermosas bóvedas, vidrieras y una Piedad de madera del siglo XVII.

Rue Sainte Catherine

La Rue Sainte Catherine es una de las calles comerciales más largas de Europa y una parada obligatoria para ir de compras en Burdeos. Aquí encontrarás marcas internacionales de ropa, tiendas internacionales como Apple o grandes almacenes como las Galerías Lafayette. También vale la pena visitar las deliciosas chocolaterías y no te pierdas el Gran Teatro de Burdeos, con su impresionante fachada neoclásica y columnas corintias coronadas por estatuas.

Des de la Grosse Cloche, todas las paradas anteriores forman parte del Viejo Burdeos, del casco antiguo. Recomendamos perderse en el laberinto de calles adoquinadas y hacerlo con guía, para aprender más sobre el contexto de la ciudad y disfrutarlo al máximo.

Los viñedos, la Ruta del Vino y la Cité du Vin

Burdeos no es solo Burdeos. La ciudad se encuentra rodeada por las regiones que producen algunos de los vinos más reconocidos y apreciados del mundo.

Así que no se puede visitar Burdeos sin disfrutar de su vino o acudir a la Cité Du Vin (Ciudad del Vino), un museo dedicado a todos los amantes de los caldos. La Cité es el museo de vino más moderno y completo donde hemos estado. Cabe destacar la arquitectura del edificio, que simula la forma de un decantador. Si eso no es un homenaje en toda regla… Además, cuenta con un mirador donde se pueden catar vinos de todo el mundo mientras disfrutas de las vistas a Burdeos. Puedes reservar la entrada sin colas desde esta página.

Y por si fuera poco, también hay que tener en cuenta las posibilidades de rutas por los alrededores de la ciudad, salpicados de viñedos y castillos vitivinícolas. Realizar una visita a una bodega y degustar sus vinos es una experiencia imprescindible para los amantes de esta bebida milenaria.

Chartrons, lo más cool de Burdeos De camino a la Cité du Vin, camina por el barrio de Chartrons, conocido por sus galerías de arte, tiendas de moda, boulangeries y encantadoras calles. Déjate enamorar por la Place du Marché des Chartrons y la Iglesia Saint Louis.

Qué hacer en Burdeos: mejores actividades

Perderse en el arte: El Museo de Bellas Artes de Burdeos

Si eres amante del arte, visitar el Museo de Bellas Artes de Burdeos merece la pena. Este museo alberga obras de los maestros Rubens, Matisse y Picasso, pero también arte antiguo. La variedad de estilos y épocas representadas es tan polifacético como la propia ciudad.

Un paseo para recordar: el Jardin Public

Once hectáreas de naturaleza forman el conocido como Jardin Public. Para parar un poco de visitar iglesias, edificios históricos y cascos antiguos. Un picnic si el el buen tiempo lo permite o simplemente tumbarse para recuperar fuerzas. Rodeado de casas señoriales, este parque dispone de un jardín botánico, así como el Museo de Historia Natural.

Caminar (o navegar) por el Garona

Un paseo al atardecer por la orilla del río Garona es otra de las cosas que hacer en Burdeos. Camina hasta el Puente de Piedra, el más antiguo de la ciudad, y el único que cruzaba este río de nacimiento aranés hasta los años sesenta. Una buena opción para recorrer el río y ver los edificios desde otra perspectiva es reservar un paseo en barco y dejarse llevar por el suave oleaje fluvial.

Donde comer en Burdeos: tres restaurantes imprescindibles

Baston

Este restaurante ha sido galardonado con el premio Fooding 2022 con un fórmula triple: restaurante, panes y vinos. En Baston, encontrarás deliciosos sándwiches y platos hechos, por supuesto, con productos de temporada y locales. Platos coquetos, finos y que son prueba del buen hacer. Todo esto por un precio más que razonable. Si no te convenciera (imposible) puedes llevarte contigo una hogaza de pan de Baston, de masa madre, amasados con harinas de molineros de la región. Es otra liga, de verdad. Y, por último, déjate acompañar por un buen vino natural, cuidadosamente seleccionado.

La Brasserie Bordelaise

La Braseria Bordelesa es un sitio recomendado para una buena toma de contacto con la cocina local, para disfrutar de la auténtica gastronomía del suroeste de Francia. Aquí encontrarás una oda a la carne y a los embutidos: con filetes y jamones de Burdeos, bandejas de charcutería regional, terrinas… El menú es clásico y ofrece platos con raciones generosas, como ternera cocida a fuego lento en vino tinto, o una pechuga de pato que nos enamoró. Degustar algunos de los mejores vinos de la región en una extensa carta de referencias. Se recomienda reservar.

Gaùta

Inaugurado en 2020, este elegante bistró, está especializado en despojos y es uno de los sitios a tener en cuenta por los más gourmands bordeleses. Aquí se pueden degustar grandes vinos a precios bajos y carnes perfectamente preparadas, como una carrillada de ternera que se deshace en la boca. Menú mediodía a 29€ con verdaderas exquisiteces súper bien presentadas: paletilla de cordero, ventresca de atún, gazpacho de calabcín… La relación calidad-precio es de las más imbatibles de la ciudad. La atractiva carta de vinos cuenta con 150 referencias diferentes. Ideal para una cita interesante.


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